Les Contemplations - par Hugo Victor

Las Contemplaciones, que Hugo publicó en 1856, están marcadas por la distancia y la separación por dos motivos: porque ella, que en Castigos acaba de criticar duramente a Napoleón III, se encuentra exiliada en Guernesey; pero también porque la colección, en su parte central, lleva la huella del duelo, y sus dos partes —«Antiguamente» «Hoy», están separadas por la trágica cesura del año 1843, cuando Léopoldine, la hija de Hugo, murió ahogada. La palabra poética nace de la muerte, y «este libro», dice el escritor, «debe leerse como se leería el libro de un muerto».
Pero Les Contemplations también construye un destino. Es posible que tome prestado de la biografía del escritor; sin embargo, sería un error confundirlo con el suyo. Porque si el lirismo de Hugo roza lo universal, es precisamente porque el poeta se despoja aquí de la corteza individual para alcanzar lo íntimo: el suyo propio y el del lector, que sabrá así reconocerse en el espejo que le tienden estas Memorias de un alma.